Durante los primeros meses, el bebé pasa la mayor parte del día en su cuna donde, además de dormir, puede jugar y explorar. Por eso, conviene elegir la más segura.
Las hay para todos los gustos: grandes, pequeñas, clásicas, modernas, desmontables… La gran variedad de modelos, unida a la amplia gama de colores y materiales, hace difícil la elección. Por si esto fuera poco, la diferencia de precios es considerable.
Pero, al adquirir una cuna, la seguridad debe ser el único condicionante, en detrimento de la estética y de cualquier otra consideración. A medida que el bebé crezca, aumentarán sus ganas de descubrir lo que aún no conoce, y sólo si la cuna es un lugar seguro podrá aprender sin peligro.
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